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lunes, 25 de febrero de 2013

El consumo de grasas y el envejecimiento

El consumo de grasas y el envejecimiento

La evidencia acumulada parece indicar que si queremos una vida larga y saludable debemos pensar en reducir de la cantidad de calorías derivadas de las grasas que ingerimos. En la dieta típica occidental entre un 35 y un 40% de las calorías provienen de las grasas. Una gran cantidad de expertos entienden que para prevenir enfermedades cardiacas es recomendable reducir esto a no más de un 30%. Estudios recientes parecen demostrar que reduciendo la proporción más aún, hasta un 10%, es posible no ya prevenir problemas cardiacos sino incluso limpiar las arterias revirtiendo la arterioesclerosis. Varias dietas y planes entre los cuales figuran la dieta desarrollada por Nathan Pritikim y la "dieta de arroz" desarrollada en la Universidad de Duke están basadas en un consumo extremadamente bajo de grasas como medio de controlar el peso y controlar o revertir diversas enfermedades.  En la actualidad la dieta de este tipo que más publicidad ha recibido es la desarrollada por el cardiólogo californiano Dean Ornish.  Por medio de una dieta vegetariana con no más de un 11% de las calorías derivadas de la grasa combinada con un regimen de ejercicios aeróbicos moderados y técnicas de meditación y relajación para el manejo del estrés muchos de los pacientes del Dr. Ornish han logrado revertir condiciones cardiacas, destapar arterias bloqueadas y mejorar el flujo de sangre hacia el cerebro.

Distintos tipos de grasa: La Dieta Mediterránea

A pesar de estos resultados existen quienes señalan que para lograr los beneficios alcanzados por el Dr. Ornish no es necesario y ni siquiera conveniente reducir tan drásticamente la cantidad de grasas ingeridas.  Este es el caso del Dr. Walter Willett, profesor de nutrición de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard.  Para Willett la evidencia no necesariamente indican que los resultados obtenidos por Ornish se deban a la reducción en la cantidad de grasas ingeridas ya que el programa de Ornish incluye otros factores como el ejercicio y la meditación que pueden también tener efectos considerables.  Para Willett lo importante no es la mera reducción en la cantidad de grasas sino el tipo de grasa que consumimos.  De hecho dice Willett que algunos tipos de grasa son beneficiosos al organismo.  Willett promueve lo que se ha dado por llamar la "dieta mediterránea".  Esta dieta se basa en el tipo de alimentación seguido por gran número de personas en Creta, Grecia y el sur de Italia.  Se ha encontrado que a pesar de que la dieta en estas regiones es relativamente alta en grasas - por ejemplo, en Grecia alrededor del 40 por ciento de las calorías provienen de la grasa - los habitantes tienen una de las tasas más bajas de enfermedades crónicas y cardiacas en el mundo.  La clave de estos resultados según Willett está en que la dieta mediterrénea es alta en grasas pero baja en grasas de origen animal  Esta dieta pone énfasis en las frutas, vegetales, granos, pastas y habichuelas.  Las grasas que se consumen son primordialmente de origen vegetal.  El aceite de oliva es la principal fuente de grasas.  El aceite de oliva es rico en grasas monoinsaturadas sobre las cuales según Willett existe abundante evidencia que las señala como buenas para la salud.  Otro aceite rico en este tipo de grasas es el aceite de canola

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