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domingo, 16 de septiembre de 2012

EL AGUA DE LA VIDA

El caballero real.
Las camisas voladoras.
La dama y el león.
Los deseos prodigiosos.
El enanito curioso.
Federico y Catalina.
Flor silvestre.
El avión despistado.
La perla del dragón.
La leyenda de Iris.
La luz azul.
Miguel el curioso.
El pato de oro.
Una noche en el castillo encantado.
La princesa Cañamón.
La princesa Troncolen.
La princesa y el violín.
El genio de la estepa.
El collar del ogro.
Ali Baba y los cuarenta ladrones.
Pedro el perezoso.
Historia de Gore-Gorinske.
Juan el oso.
El arpa mágica.
El gnomo bigotudo.
Anda no se donde, busca no se que.
La montaña de oro.
El sastrecillo valiente.
El genio de la estepa.

El Minotauro.
María, ia, ia.
Los tres pretendientes.
Los tres hermanos.
La guardiana de las ocas.
    El rey estaba enfermo y nadie podía curarle. Paso por el reino un sabio vagabundo que les dijo que sólo se curaría con el "agua de la vida" que se encontraba en algún lugar situado al sur del reino.
    El primer hijo del rey partió y se encontró con un viejo enano que le pidió que le llevará, se negó y el viejo le convirtió en roca de un roquedal. Al segundo le paso lo mismo. El tercero convenció a su padre y también se fue. Se encontró con el enano y lo llevó en su caballo. En premio le dio un palo y una hogaza y lo encaminó al palacio del "agua de la vida". Llegó a la puerta y había un león , le dio el pan y con el palo golpeó la puerta que se abrió como si estuviera viva. Atravesó muchas estancias y en la última había una joven de la que se quedó prendado. La joven le dio el "agua de la vida", el marchó pero quedó con ella para después de un año.
    Al volver a pasar por el roquedal vio al enano y le preguntó por sus hermanos. Le contó lo que les había pasado y el pìdió una oportunidad para salvarlos. Tuvo que luchar con tres soldados, los venció y todas las rocas se convirtieron en caballeros al romperse el hechizo. Todos le escoltaron hasta palacio donde curó a su padre con el "agua de la vida".
    Cuando contó a su padre y hermanos lo de la princesa partieron antes que el para ocupar su lugar.
    La princesa había mandado a sus soldados poner una alfombra de oro y les dio orden de que sólo dejasen pasar al que la pisase con su caballo. El primero llegó y cuando vio la alfombra se paró, bajó del caballo y la rodeó pensando en no estropear una riqueza que pronto sería suya. Los soldados lo encarcelaron. Al segundo le pasó lo mismo. El más pequeño, ansioso por ver a su amada, no reparó en la alfombra y la atravesó al galope. Entró al palacio, se caso con la princesa y vivieron felices para siempre.(Con los hermanos puede hacer lo que te apetezca).
    

EL COLLAR DE LAS CONCHAS

Hace mucho tiempo, en una pequeña isla de Oceanía, vivía un niño con sus padres, eran de los más pobres de la isla. En esta isla no había dinero y se empleaban las conchas marinas para pagar. Los ricos tenían muchas conchas y la familia del niño no tenía ninguna. 
Un día el niño iba paseando por el poblado y vio a un grupo de hombres que estaban comiendo, se paró y se puso a mirar con envidia a los platos de comida. El más gordo de los hombres le gritó recriminándole que se quedara mirándolos. El niño se fijo en que llevaba un montón de collares de conchas y el hombre se enfadó aun mas, cogió uno de sus collares y lo agitó delante de las narices del chico . Este se enfadó y le dijo que algún día tendría mas conchas que el y se convertiría en el jefe de la isla. El gordo, que era el jefe de la isla, rompió una de sus conchas y le tiró un trozo con desprecio. El chico cogió el pedazo y se fue hacia la salida del pueblo, allí se encontró con una mujer que vendía naranjas, le dio el trozo de concha y ella le dijo que por ese trozo sólo podía darle un gajo.
Cuando llegó a su casa lo plantó en detrás de su cabaña, al día siguiente se encontró con que había salido un árbol gigantesco, trepó por sus ramas y en la copa se topó con una casa muy bonita, salió a recibirle una mujer muy agradable que le escondió ya que en la casa vivía un espíritu que si se enfadaba podía ser muy malo. Cuando llegó el espíritu se dio cuenta de que había venido alguien y lo buscó, cuando le encontró le cayo muy bien y le invitó a comer. Le dieron una escudilla llena de comida y por más que comía siempre estaba llena, cuando acabó de comer, el espíritu le dio un arcón, un hacha y le dijo que se podía quedar con la escudilla. Le puso como condición que al llegar abajo cortara el árbol ya que no quería que nadie mas subiera a su casa.
El chico cuando llegó a su casa y abrió el arcón se dio cuenta de que estaba lleno de las mas maravillosas conchas, dejó a sus padres comiendo de la escudilla y se fue con el arcón a la plaza del pueblo, busco al jefe de la tribu delante de todos lo abrió. El jefe avergonzado le dijo que a partir de ese momento él era el jefe de la tribu y se fue a esconder su humillación a su cabaña.

LA NUBE Y EL SOL

Había una vez una nube que era muy envidiosa y quería que todo el mundo la quisiera más que al Sol. Un día se puso delante de él y le dijo que nunca más le dejaría ver la Tierra. El Sol le pidió que no lo hiciera porque quería ver a los niños jugando, hacer crecer las flores y las cosechas, calentar a los viejecitos, ver el mar, etc. Pero la nube no le escucho y le tapo del todo. Al cabo de un rato todo el mundo le pedía a la nube que se apartase pero ella no hacia ningún caso. Al final una niña muy lista empezó a decirla lo guapa que estaba y que cuando más le gustaba era cuando hacía llover. La nube dejo soltar una gotas y la niña aplaudió, la nube siguió soltando lluvia y poco a poco fue haciéndose más pequeña  hasta que el Sol pudo brillar de nuevo y todo volvió a la normalidad. 

HISTORIA DEL SOL

Hace mucho tiempo, cuando aun existían animales monstruosos y el hombre no conocía el fuego, lo único que calentaba el mundo era el Sol. Poco a poco se fue envaneciendo y no quería ponerse nunca, no dejaba salir a la Luna y las estrellas y abrasaba las nubes que se atrevían a cruzarse en su camino.
Los días eran cada vez más largos, hacía más calor y la Tierra se iba secando poco a poco.
Se reunieron todos los hombres y animales y decidieron hablar con el Sol, pero ninguno se atrevía. Por fin un pequeño dragón volador decidió intentarlo. Voló hacia arriba durante muchísimo tiempo estaba agotado y medio abrasado y al Sol le dio pena y aflojo sus rayos para que pudiera acercarse. El pequeño dragón le contó todas las penalidades que estaban ocurriendo en la Tierra y el Sol lo comprendió y todo volvió a la normalidad. El Sol cogió parte de su luz y su fuerza y formo la constelación del dragón. Desde entonces el Sol tiene prisa porque se haga de noche para poder hablar con su amigo y nunca ha vuelto a tener la tentación de alargar su presencia en el cielo.

LA LIEBRE Y EL ERIZO

Un día el erizo salió a dar un paseo y encontró una liebre. La saludo cortésmente, pero ella no le devolvió el saludo sino que de una manera despectiva le preguntó que hacía tan temprano por el campo. El erizo le contesto que estaba dando un paseo y entonces la liebre se burlo de el diciéndole que mejor sería que no se cansase con esas patas tan cortas. 
    El erizo se sintió humillado ya que no le gustaba que se rieran de sus cortas patas y le retó a una carrera en la que apostaron una botella de buen vino. Quedaron al día siguiente y se fueron cada uno a su casa.
    El erizo le contó a su mujer lo que había pasado y le dijo que la carrera tendría lugar en un campo en el que correrían la liebre por un lado de un surco y el erizo por el otro, la mujer del erizo se pondría al final del surco y cuando la liebre estuviera llegando saldría y diría que había llegado antes. El engaño era posible ya que los dos erizos eran iguales y la liebre no los distinguiría.
    Al día siguiente así lo hicieron, el erizo hecho a correr unos pasos y se escondió, cuando la liebre estaba llegando, la mujer del erizo salto al final del surco diciendo que ya había llegado; la liebre no podía creerlo y repitieron la carrera hasta que se rindió agotada y los erizos se fueron muy contentos de haberle dado una lección a la presuntuosa liebre.
    La liebre les llevó una botella de vino a su casa y estuvo una buena temporada sin salir a pasear porque todos se reían de que hubiera perdido su apuesta.

LA LARGATIJA TRABAJADORA

En lo mas alto del monte vivía una lagartija muy trabajadora, que todos los días barría su casa y todos los alrededores y luego iba a buscar su comida, cuando acababa se iba a ver a su amigo el lagarto que vivía cerca de allí. Parecía un dragón todo verde y enorme. Estaba siempre parado y cazaba lo que pasaba por allí sin darse cuenta de su presencia. El lagarto le decía que ella hiciera lo mismo, que se pusiera cerca de un hormiguero y no tendría que buscar comida, la lagartija prefería elegir lo que comía y guardar algo para más adelante. Un día la lagartija, en uno de sus paseos, encontró una sortija de plata con una piedra muy bonita y fue a enseñársela a su amigo. Este era muy envidioso y le dijo que era suya, la lagartija se la dio y el lagarto se la puso en una pata y se fue a pasear y presumir. Un ave de presa  vio brillar la sortija y se tiró hacía el lagarto, que como era tan perezoso no podía correr ni esconderse, tuvo que tirar la sortija para despistar al ave, logró escapar de milagro. La lagartija volvió a encontrar la sortija y se la llevó al lagarto que le dijo que ya no la quería y se la regalaba. La lagartija la cogió e hizo un adorno muy bonito para su casa que desde entonces le pareció más bonita todavia.

CHIQUITINA

Una mujer quería una hija y recurrió a una hechicera que le dio una semilla, de ella salió un tulipán con una niña chiquitita. Le hizo una cama con una cáscara de nuez y pétalos de flores. Un plato con agua y una hoja le servían de barca. Una noche entró un sapo y la raptó y la raptó y la dejó en una hoja, lloraba y los peces cortaron el rabo para que la corriente la arrastrara y pudiera escapar, una mariposa la ayudó a llegar a la orilla. Un escarabajo volador se la llevó pero las señoras escarabajos le convencieron para que la abandonara. El verano y el otoño lo paso en el bosque pero en invierno busco cobijo con una rata silvestre que se hizo su amiga, se ayudaban, se contaban historias e iba pasando el tiempo. Un día les visitó el viejo y rico topo que odiaba las flores, los pájaros, etc. La niña cantó y se enamoró de ella, las invitó a su casa, en el camino se encontró una golondrina casi muerta, la cuidó, la abrigó y se curó. El topo se quería casar con ella y se dedicó todo el verano a preparar su ajuar con las arañas. Estaba triste porque no se quería casar, el día se la boda salió a despedirse del Sol y vio a la golondrina, le contó sus penas y se escapó con ella. La llevó,  tras días y días, a un lago donde había un palacio pequeñito. Allí vivía el rey de las flores que era de su tamaño. Se enamoraron y se casaron. Allí todos tenían alas y a Chiquitina también le salieron al casarse con el rey. La llamaron Maya, la reina de las flores. La golondrina volvió y me contó la historia como yo os la cuento.

LOS SIETES CUERVOS

Un hombre tenía siete hijos y ninguna hija. Nació una niña pero estaba muy enferma y su padre quería bautizarla cuanto antes. Los siete fueron corriendo a por agua con una jarra, con las prisas se les cayo al fondo de la fuente y no podían cogerla. El padre se creyó que estaban jugando, se enfadó mucho y dijo -¡Ojalá se conviertan en cuervos! No había acabado de decirlo cuando vio pasar siete cuervos negros. La niña se curó y ellos nunca le dijeron que había tenido siete hermanos. Un día oyó una conservación y se enteró de todo sintiéndose muy culpable. Pensó que por si por su culpa había pasado, era ella quien debía arreglarlo.
    Pregunto a una anciana sabia del pueblo y siguiendo su consejo se fue llevando sólo una sortija de su madre, una hogaza de pan y una sillita. Anduvo hasta el fin del mundo y se acercó tanto al Sol que casi se quema, pero el Sol no pudo ayudarla, fue a ver a la Luna que era cruel, fría y malvada y no la ayudó. Por último fue a ver a las estrellas que la explicaron como llegar a la montaña de cristal, que era donde estaban, el Lucero del Alba le dio un hueso de pollo que servía para abrirla. El camino era muy largo y le ocurrieron muchas cosas, cuando finalmente llegó a la montaña de cristal había perdido el hueso pero había pasado tantas penalidades que estaba muy delgada y su propio dedo le sirvió para abrirla. Nada más entrar salió un enano a preguntarla que quería, Ella le dijo quien era y el enano le explico que los señores cuervos llegarían enseguida a cenar. Sirvió siete platos y siete copas, ella puso su sortija en la última copa y probó un sorbo de cada una, tal como le había dicho el sabio, los cuervos llegaron y notaron que alguien había bebido de sus copas, el último vio la sortija,  la reconoció y dijo - ¡Nuestra hermana esta aquí! Ella salió de su escondite y los fue besando a todos. Inmediatamente recuperaron su apariencia humana y volvieron muy contentos a casa de sus padres.  

EL POLLITO DE LA AVELLANEDA

Un pollito estaba comiendo con la gallina y se le atranco una avellana y se iba a ahogar. Corrió la gallina a casa de la dueña y esta le dijo:
- Pero no tengo zapatos. Dile al zapatero que te los de.
    Fue corriendo al zapatero.
- No tengo cuero, di a la cabra que te lo de.
    La cabra le dijo.
- Tengo hambre di al prado que te de hierba.
    El prado le contestó.
- No tengo agua di a las nubes que te la den.
    La gallina, desesperada, subió a las nubes y les dijo.
- Nubecitas dad agua al prado, para que el prado de hierba a la cabra, para que la cabra de cuero al zapatero, para que el zapatero haga los zapatos a mi dueña, para que saque la avellana a mi pollito que esta en la avellaneda y se va a ahogar.
    Y las nubes dieron agua al prado, y el prado hierba a la cabra, y la cabra cuero al zapatero, y el zapatero hizo los zapatos a la dueña, y la dueña corrió a la avellaneda y sacó la avellana de la boca del pollito que canto revoloteando.

LOS PERROS AMIGOS

Al principio de los tiempos las personas vivían en cuevas y todos los animales eran salvajes. Los hombres sólo pensaban en cazarlos y evitar que los cazaran a ellos. Todos atacaban a todos. Nacieron dos perros salvajes que se fueron haciendo amigos y, a pesar de que eran  pequeños, vivieron muchas aventuras juntos. Un día un cazador se encontró a uno de ellos dormido, lo cogió y lo metió en un saco para llevarlo a casa. Lo ató a la puerta de la casa y al principio el perrito no quería ni comer. Poco a poco se fue acostumbrando al cazador ya su familia y se hizo amigo suyo. Un día le soltó y no se escapó, empezó a salir a cazar con el y le ayudaba. Se hizo grande. El perro salvaje también era grande y poderoso, peleaba y cazaba su propia comida. El otro hacía compañía al hombre, vigilaba su casa, le ayudaba y era su amigo. Un día se encontraron en el bosque e iban a ponerse a pelear pero se reconocieron, jugaron, se contaron todo lo que les había sucedido y no querían separarse pero no se ponían de acuerdo en que vida era mejor. Al final se separaron. Quedaron de acuerdo en que se encontrarían las noches de Luna llena y así lo hicieron. Aun ahora los perros aúllan llamando a sus amigos las noches de Luna llena.

MI SEÑORA TIGRESA

 Cuando en la India los cazadores se pasaban el día persiguiendo a los tigres, Miseñora salió a pasear con sus cachorros. Eran las doce y hacía mucho sol, iban al río a bañarse y a jugar un rato. Estando cerca del río vieron a un cazador que también  iba a bañarse y decidieron darle un susto. Le robaron su ropa y Miseñora la tigresa se la puso, también su salakof, su cartuchera y, como no, su escopeta. Cuando el cazador salió del agua y se encontró con la escopeta apuntándole se asustó, pero cuando Miseñora empezó a rugir y a disparar salió corriendo por la selva con sus graciosos calzoncillos de corazones y todos los animales salían a ver lo que pasaba y se morían de risa, todavía cuando se acuerdan pasan un buen rato. Miseñora y sus cachorros colgaron el traje del cazador bañista como un trofeo en su casa.

EL GUSANITO DE LUZ

El rey León se había cansado y pidió a los demás animales que eligieran otro rey. Se reunieron y el primer voluntario fue el gallo, dijo que el ya tenía la corona. los otros dijeron que no porque los iba a despertar muy temprano. El gusanito de la luz se presento pero se rieron de el  ya que era pequeño y feo. La mariposa argumentó que con sus alas de colores parecía una reina, la rechazaron por presumida. La rana dijo que ella vivía en la tierra y en el agua y saltaba muy bien pero todos estuvieron de acuerdo en que cantaba muy mal y no quisieron. La tortuga tampoco porque llegaría siempre tarde. El ratón tenía cara de rey y era listo pero le dijeron que era muy pequeño y nunca estaba quieto.
    Se estaba haciendo de noche, miraron las estrellas y estuvieron de acuerdo en que les gustaría mucho que una de ellas fuera su rey pero estaban tan altas... Por la noche el gallo se despertó y vio que una de las estrellas estaba muy bajita, llamo a los demás y le pidieron que fuera su reina, la estrella contestó que si. Cuando se hizo de día vieron que habían hecho rey al gusanito de luz. Reino muy sabiamente y todos se alegraron de su decisión. 

LA CABRA MONTESINA

Érase una vez  una madre y tres hijas que estaban cosiendo. Dijo la madre que la que antes terminase subiría a la cámara y comería lo que quisiera. Acabó la mayor, subió y se encontró con una cabra que le dijo: -¡Uuuuu! yo soy la cabra montesina que corro por montes y valles y me como a las chicas a pares. La chica no se lo creyó, subió y se la comió. Como no bajaba, subió la segunda que se encontró con la cabra, esta le repitió lo suyo y también se la comió. Subió la tercera que cuando escucho a la cabra bajó corriendo a contárselo a su madre, esta no se lo creyó, subió y la cabra también se la comió.
   La pequeña se puso a llorar a la puerta de su casa. Una hormiguita pasó y le preguntó. La chica se lo contó todo.
   La hormiguita subió y la cabra repitió su canción. La hormiguita dijo: - Y yo soy la hormiguita de mi hormigar, que si te pego un picotazo te hago de rebailar. Subió por una pata a la oreja y la pico tanto que se tiró por la ventana y se reventó. Salieron muy contentas la madre y las hermanas.
   Le pagaron con trigo, le quisieron dar mucho y ella decía: - No cabe tanto en mi costalillo ni muele tanto mi molinillo. Al final con tres granos se conformo y decía: -Esto si cabe en mi costalillo y lo muele mi molinillo.